Paul Greengrass, director de The Bourne Supremacy y de la presente, es Británico.
Hay muchos que creen que por el hecho de que no sea norteamericano, se hace curioso el enfoque que tienen sus trabajos recientes, por eso de que cada quien hace cine que se parezca a uno mismo - por ejemplo Spike Lee se concentra en retratar el plight del afroamericano o Martin Scorsese sobre la violencia callejera.
Se le acusa de tener un political agenda, pero viendo el momento que vive Estados Unidos, ¿quién lo podría culpar?
En menos de dos años, Greengrass ha tocado dos veces el que es quizás el tema más sensible para los norteamericanos: el 11 de Septiembre.
Primero lo hizo en su magistral United 93, en donde sin artilugios ni patriotismo fuera de lugar, logró crear una película casi perfecta que a la vez rinde un valioso tributo a un grupo de hombres y mujeres que tratando de sobrevivir se convirtieron en héroes.
En esta ocasión, Greengrass regresa como director y traspola el último capítulo de la trilogía de Robert Ludlum al mundo post 11/9 - un mundo donde la información y la ventaja que da tenerla y estar un paso adelante del contrario, es quizás más importante que las armas de destrucción masiva de Bush.
The Bourne Identity, dirigida por Doug Liman [Go, Mr. and Mrs. Smith] fue un buen thriller de acción que dejó a mucha gente esperando por más, pero The Bourne Supremacy tomó a todo el mundo por sopresa. Paul Greengrass creó una de las mejores películas de acción que se hayan en hecho.
En las dos entregas anteriores, Jason Bourne lucha contra fuerzas dentro de la CIA a las que no le conviene que esté vivo, y lucha con su memoria misma, tratando de decifrar quién es y quién lo convirtió en un máquina de matar.
Ahora el conflicto se hace más intenso que nunca, tanto de parte de la CIA, con un nuevo agente con altas vinculaciones e intereses políticos a cargo de liquidar a Bourne a como de lugar para cubrir el proyecto corrupto del que es parte, como con Bourne y su memoria, que finalmente parece darle las últimas pistas que lo llevarán a su lugar de origen y al hombre que lo creó.
Las voces de la extrema derecha y apoyadoras del partido republicano, como el despreciable Bill O'Reilly, no han perdido el tiempo para atacar a Greengrass y al Hollywood "liberal" que utiliza películas como esta para esparcir su mensaje de que Estados Unidos debería concentrarse en atacar al verdadero enemigo, ese que se encuentra dentro de casa y no en el medio oriente.
Pero lo destacable de The Bourne Ultimatum, es que la fuerte carga política no distrae del hecho de que es una magnífica película de acción.
Entre cada setpiece de acción, entre los que están una impresionante persecución a pie por Marruecos con lucha mano a mano incluída, y otra persecución en carro por las calles de Manhattan, Greengrass aprovecha para dar a la audiencia pequeñas dosis de información que nos ayudan a ir descubriendo detalles al mismo tiempo que Bourne y sus enemigos de la CIA.
El efecto de la cámara en mano que algunos tanto critican creo que realza el sentido de urgencia y de inmediatez de todo lo que está sucediendo. Por momentos se siente que nosotros como audiencia somos los que estamos a cargo de una cámara de seguridad que toma planos generales, para luego encontrar obejtivos específicos y hacer zoom-in en ellos para espiar lo que sucede.
Matt Damon, acompañado de un conjunto de character actors de lujo como David Strathairn, Joan Allen, Scott Glenn y Albert Finney, y Greengrass junto a todo su equipo técnico, en especial su editor y cinematógrafo, logran definir el arquetipo absoluto al que todas las películas de acción deben emular.
Decir que The Bourne Ultimatum supera a sus anteriores es un understatement.
Una de las mejores películas del año. No se la pierdan cuando llegue a los cines locales en un par de semanas.
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7 comments:
tiguere gracias por el post.....comparto tu punto de vista sobre estas peliculas..muy bien
Un muy buen post para una muy buena película. Lo que me gusta de este film es la sensación de que todo el tiempo estamos siendo espiados. Saludos!
Alfonso - Gracias! Esperala el jueves 27. Me acabo de enterar que ese dia es el estreno.
Budokan - Eso que dices de sentirse espiado, el momento que mejor ilustra eso es la escena en la estacion de Waterloo. Creo que es la mejor escena de toda la pelicula. Gracias por la visita!
Guido: leí lo que dejó usted en mi blog. Si fue por un dedazo, me parece que es un dedazo dirigido por los dioses, así como la lanza de Héctor fue a parar al talón de Aquiles. Vengo a su blog y tengo que seguir viniendo. De fijo. Me parece bueno lo que ahí escribió Budokán: la sensación de que siempre somos espiados. Yo sentí eso, pero se me olvidó escribirlo en mi crítica que se publica mañana en La Nación. ¡Ni modo! Me la ganó Budokán (saludos, amigo). Guido: gracias por su estimable e importante in-coincidencia, disensión conmigo, a propósito de la cinta 'Hairspray'. Su argumentación suena bien. Touché.
Gracias sinceras por tus palabras, tu blog me gusta mucho, y aunque a veces soy un lector pasivo, cuando leí lo de Hairspray, me sentí que debía decir algo. Me alegro que lo tomes diplomáticamente.
Touché es probablemente la mejor expresión que existe, y hace mucho estoy buscando una excusa para usarla.
Gracias y yo también te seguiré visitando!
PD - qué es eso de usted?
El usted es muy del habla costarricense, ahora las nuevas generaciones van pasando más fácilmente al vos. A uno le cuesta más, pero si usted quiere intento decirle vos, que vos no te enojes, eso sí, si le digo usted. Gracias por pasar por mi blog. Ya ve que coincidimos con Bourne, pero las discrepancias son más retroalimentadoras. Ahí estoy discutiendo con un crítico de teatro en el post de la obra EL CUERVO, tal vez vos/usted quiera meter su opiniòn.
guido, voy para santo domingo este weekend, me gustaria conocerle y charla un poco de mierda...pana, busqué en wikkipedia....jejej, mas o menos así se fue el cuadro..jajajaja
el can que hay que soltar las letras cuando queman en los dedos.
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