Dos Actuaciones

Siempre se habla de que en Hollywood los buenos papeles buenos para mujeres son muy limitados, pero este año ha sido la excepción. Estos son sólo dos ejemplos.

Una es una ama de casa ordinaria, la otra un ícono mundial de la música.

• Waitress [Adrianne Shelley, 2007]

Luego del éxito [hasta que se cortó el pelo] de su serie de televisión Felicity, la carrera de Keri Russell quedó estancada.

Ahora da su salto definitivo a la pantalla grande en esta excelente comedia escrita y dirigida por Adrianne Shelley, quien fue brutalmente asesinada meses antes del estreno de la película.

Keri Russell es Jenna, quien trabaja como mesera y está casada con un hombre que la maltrata y al que odia.

Es reconocida por hacer los mejores pasteles, y similar a lo que sucede en Como Agua Para Chocolate, Jenna vuelca todas sus emociones en sus pasteles. Durante el desarrollo de la historia vemos diferentes momentos de alegría o tristeza en su vida, y la receta y preparación de un pastel es asociada con ese instante.

Desde hace tiempo tiene planes de abandonar a su esposo, pero al inicio de la historia descubre que está embarazada y todo se complica cuando comienza a tener un affair con su doctor, el único hombre que la comprende y que, como dice la misma Jenna durante una escena importante, es su único amigo verdadero desde que murió su madre.

Keri Russell lleva la película en sus hombros, y da a Jenna una inocencia y vulnerabilidad que encantan al espectador.

La suya es una de las mejores actuaciones del año que lamentablemente ha sido ignorada en todas las premiaciones.

La trágica muerte de su directora Adrienne Shelley fruto de la violencia e intolerancia de un hombre, sólo hace que el sufrimiento de Jenna de parte de su esposo abusivo sea aún más resonante.

• La Vie En Rose [Oliver Dahan, 2007]

"Non, Je Ne Regrette Rien
Non, Rien De Rien, Non, Je Ne Regrette Rien
Ni Le Bien Qu'on M'a Fait, Ni Le Mal"

La vida de Edith Piaf puede resumirse en esa frase de Non, Je Ne Regrette Rien, una de sus canciones más famosas.

El director Oliver Dahan sabiamente supo evitar usar el gastado recurso narrativo que se observa en la mayoría de los biopics - repasar episódicamente momentos específicos de la vida del personaje. Con esto se termina teniendo una serie de viñetas que individualmente funcionan, pero que en conjunto no llegan a dar una visión verdaderamente profunda del personaje en cuestión.

La Vie En Rose no es completamente exitosa en mostrarnos las interioridades de Edith Piaf, pero no creo que la intención de Dahan fuera esa. Personajes tan complejos como Piaf no pueden condensarse en ningún medio, así que su idea fue mostrar pinceladas de su vida, mostradas al espectador como recuerdos de la misma Piaf al final de su camino.

Lo que la actriz Marion Cotillard hace con el personaje de Piaf es extraordinario. Un verdadero tour-de-force.

Su actuación en esta película es la transformación definitiva de un actor en un personaje célebre.

A diferencia de casos como el de Jaime Foxx en Ray o Phillip Seymour Hoffman en Capote, que en mi opinión no pasan de ser meras imitaciones glorificadas, la inmersión de Marion Cotillard en la piel de Edith Piaf es absoluta.

Lo que más me llama la atención de esta actuación [aparte de la sorprendente transformación física], es que, utilizando alguna técnica que desconozco, cuando Cotillard hace lipsynching de la verdadera voz de Edith Piaf, en realidad parece que esa voz está saliendo de su garganta. Su mirada y sus manerismos son los de Edith Piaf, y contrario a los casos de Foxx y Seymour Hoffman, su interpretación nunca llega a convertirse en caricatura.

Hay una escena en particular que considero una de las mejores del año y demuestra que tanto Dahan como Cotillard lograron adentrarse en la mente y el corazón de Edith Piaf.

Hecha en una sola toma, Edith cree reecontrarse con su amante, el famoso boxeador Marcel Cerdan, para luego enterarse que ha muerto, y moviéndose desconsoladamente y sin rumbo de una habitación a otra, se transporta al escenario que más amó, el teatro Olimpia de París. Su único medio para desahogar ese dolor era cantar.

En la escena en la que Edith conoce por primera vez a Marlene Dietrich, ésta le dice “Escuchar tu voz me lleva de regreso a Paris.”

Así de grande es la huella de Edith Piaf. El sonido de su voz interpretando La Vie En Rose es tan sinónimo de Paris como la misma Torre Eiffel.

Si no tuviera a Julie Christie en Away From Her de frente, aseguraría que su triunfo en el Oscar está más que asegurado.

Estos videos son dos de las presentaciones más memorables de Edith Piaf interpretando sus dos temas más conocidos – La Vie en Rose y Non, Je Ne Regrette Rien:

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