Que todo, absolutamente todo ya esta hecho puede que sea cierto, pero no es menos cierto que, al menos en el cine, de vez en cuando aparecen realizadores de visión que nos envuelven y nos hacen olvidar eso por un momento.
En este caso, ese alguien es el debutante Juan Antonio Bayona. Destacable que una persona que nunca había hecho cine haya sido capaz de haber realizado una obra que, con sus fallas, resulta tan terminada y contundente.
Se le podría acusar de derivativa y de homenajear en exceso a la obra maestra de Jack Clayton The Innocents, y en cierta medida a la reciente The Others de Alejandro Amenábar, pero El Orfanato tiene momentos tan brillantes, que emocionan de tal forma, que nos indican que quien está detrás de esas imágenes verdaderamente tiene algo que aportar al género y no sólo es un novato interesado en copiar.
En una escena que a primera vista parece incidental, donde Simón lee Peter Pan, se encuentra el corazón de esta historia. Con delicadeza, Bayona entremezcla el terror y el suspenso con una historia sobre la inocencia infantil y la idea de permanecer un niño en espíritu para siempre.
La mano de su productor Guillermo Del Toro y su influencia de El Espinazo del Diablo es más que evidente, lo que me deja pensando lo interesante que hubiese resultado que El Orfanato hubiera sido ambientada durante esa Guerra Civil Española que a Del Toro le causa tanta fascinación.
Belén Rueda evoca de manera exitosa la angustia de Deborah Kerr en The Innocents y la paranoia de Nicole Kidman en The Others, evitando sucumbir a los excesos histriónicos en los que suelen caer este tipo de personajes de mujer atormentada, sobre todo cuando se encuentra en manos de un director inexperto. Otro punto para Bayona.
Geraldine Chaplin, acompañada de nada más y nada menos que el Señor Barriga [Edgar Vivar], deja una gran impresión durante una sesión espiritista que aunque por momentos se siente fuera de lugar, resulta efectiva.
Los lectores dominicanos entenderán cuando digo que luego de ver esta película nunca recordarán el juego de 1,2,3, mariposita-linda-e' de la misma forma.
Como también lo fue The Others, El Orfanato resulta un elegante throwback al cine de terror de fantasmas y casas embrujadas. El cine de "sustos económicos" de Val Lewton, el maestro del cine "B" de terror, cuando la angustia se creaba a partir de lo que no se mostraba y la mente del espectador se encargaba del resto.
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4 comments:
Estoy loca por verla!
mano esa escena...cuando 1,2,3 toca la pared y aparecen los ninos...
1,2, 3..toca la pared y luego la angustia que se siente en el cine cuando tu sabes que a ella la van a tocar....
1, 2, 3, toca la pared..y la tocan
yo no pude verla cuando la presentaron,los críticos estadounidenses (algunos) no le dieron buenas criticas, incluso esperaba que apareciera pro lo menos nominada en el Oscar, pero de eso es mejor dejarlo en el pasado.
La quiero ver!, aunque Guillermo del Toro solo fue el productor esta vez yo se que influencio en algo de la dirección!
Es, sin dudas, una pelicula formidable. Como dices, aunque no sea del todo original, la forma en que es contada le un giro diferente a la trama. El movimiento de las camaras no habla en ningun momento de inexperencia por parte del director.
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