Caminando la alfombra roja para entrar al Palais.
La vista desde dentro del Palais hacia la alfombra.
La Palma está en todas partes.
Sentado en el Grand Théâtre Lumière dentro del Palais. IMPRESIONANTE. Dos mil quinientos cinéfilos en un sólo lugar.
En la parte de abajo se sienta el jurado.
La gigantesca pantalla. Jamás he visto una igual.
Comienza Inglorious Basterds y hay una ovación de 5 minutos cuando aparece el nombre de Tarantino.
Podría vivir en esta ciudad toda mi vida. Aquí absolutamente todo huele y sabe a cine.
Cannes es probablemente el único lugar del mundo en el que puedes pasar dos horas mientras esperas el autobús que no llega [la ciudad tiene el PEOR sistema de transporte del mundo] conversando con cinéfilos de todo el mundo sobre las diferencias entra la etapa alemana y americana de la carrera de Fritz Lang, o si Cléo de 5 à 7 de Agnès Varda se podría considerar como parte de la Nouvelle Vague, una hora más tarde estar en una fiesta con Paris Hilton y Mick Jagger o ver de lejos a Brad Pitt y Angelina Jolie y a Tarantino. Todo en el mismo día.
De la sección oficial ya he visto Inglorious Basterds, Los Abrazos Rotos, Looking for Eric, Des Weisse Band, Un Prophète y Enter the Void. De Inglorious Basterds hablaré en breve. De Des Wiese Band, otra obra impecable del maestro Michael Haneke que probablemente finalmente le haga ganar la Palma de Oro, hablaré in extenso también en breve.
Mañana es ya el último día de competencia, y estoy moviendo cielo y tierra para ver Visage de Liang-Ming Tsai. Aunque se cuente con acreditación, entrar a ciertos screenings se convierte en una lucha de poder y aguante bastante interesante de la que también hablaré luego.
Ahora me preparo para ir a La Croisette y ver en el Cinema de la Plage el clásico de Jacques Tati Les Vacances de Monsieur Hulot con el sonido del mar como música de fondo. No tengo mucha paciencia con Tati, pero así hasta Gigli se ve con gusto.
Todos los días deberían ser como este.
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