Tuesday, February 21, 2012

Hugo [Martin Scorsese, 2011]

Hugo 2

“Exijo que una película exprese o la alegría de hacer cine, o la agonía de hacer cine”. -- François Truffaut.

Y Martin Scorsese logra, a sus casi 70 años, expresar ambas. O quizás más que la agonía de hacer cine, presenta la agonía de perderlo.

No empiezo con una cita de Truffaut arbitrariamente, no, lo hago por dos razones. Primero porque la frase parece hecha a la medida para describir a Hugo en sus dos mitades, aunque no en ese mismo orden. Segundo, porque Truffaut hizo la que muchos consideran la cinta definitiva sobre la pasión que puede despertar un medio como el cine, sobre sus creadores y su proceso de creación, se colocó entre dos espejos y dejó que el cine se reflejase en el propio cine con resultados que todavía hoy discutimos. Scorsese hace lo propio en una cinta que es una demostración extraordinaria de un artista en control absoluto de todas las herramientas y recursos  [viejos y nuevos] de los que puede hacer uso un creador para contar una historia sobre, qué más, el cine.

Ya la historia de Martin Scorsese es mítica. De niño, sus días transcurrían al mirar pasivamente desde una ventana cómo los demás jugaban, él sin poder unirse producto de su asma. En su soledad, su escape fue el cine. El cine fantástico de Alexander Korda, Cecil B. De Mille y la fábrica de sueños de Hollywood.  Y el cine es la fibra de Hugo, una historia que en resumen es, como la suya, la de la soledad de un niño salvado por el cine. Por el cine, y por la pasión de la creación, ya sea de historias, libros, artefactos, máquinas, todo lo hecho por alguien que deja una parte de sí en su creación.

Como hacía Scorsese, Hugo Cabret pasa todo el día mirando, admirando, y partiendo de esto, su película es ante todo un espectáculo visual deslumbrante. Scorsese es un director que nos tiene más que acostumbrados a momentos y composiciones visuales únicas, pero aquí es verdaderamente contagioso ver cómo un viejo maestro maneja una tecnología nueva con el sentido de asombro y descubrimiento de alguien que apenas comienza. Scorsese incorpora el 3D como una herramienta más para resaltar [y no para definir] la experiencia visual, adentrándonos en un mundo de maravillas y peligros, al punto que nos hace sentir que estamos siendo testigos [comenzando con el extravagante plano secuencia inicial] de la creación de un lenguaje nuevo. Scorsese ha demostrado una y otra vez que pocos como él dominan los aspectos técnicos del cine, el cine como espectáculo integral de placeres sensuales en películas como The Age of Innocence o la propia vilipendiada Gangs of New York, y aquí lo demuestra otra vez valiéndose de una herramienta nueva, demostrando a todos cómo se usa.

Estamos en un mundo que es enteramente una confección cinematográfica. Un mundo en el que, como el de Georges Méliès, la cámara todavía no se utiliza para documentarlo como es, sino como existe en una fantasía parte pop-up book, parte Dickens, parte Chaplin-Keaton-Lloyd. Scorsese se transforma en Méliès, ilusionista-inventor-mecánico-cineasta, al utilizar este medio nuevo como un vehículo para capturar la imaginación colectiva en forma de un espectáculo impresionante.

Hugo Scorsese

Es imposible no notar la obvia intertextualidad existente entre las historias de Georges Méliès-Hugo Cabret-Isabelle con la de Michael Powell-Martin Scorsese-Thelma Schoonmaker. Powell, director de películas como The Red Shoes y Black Narcissus, fue rescatado por Scorsese y su todavía hoy cómplice y editora de cabecera Thelma Schoonmaker. Powell y su obra se encontraban prácticamente olvidados hasta que Scorsese impulsó una extenso movimiento revisionista de ambos, invitando a su generación a descubrir las maravillas de un creador casi desconocido. Y en Hugo hace prácticamente lo mismo.

A primera vista, Scorsese parece haber tomado el patrón esquemático hecho en incontables ocasiones de los dos arquetípicos personajes heridos, dañados, que renuentemente irán descubriendo que se complementan, que deben sortear una serie de obstáculos para al final encontrarse y curarse uno a otro sus heridas, pero claro, eso es solo la superficie. Como explicó en su esencial documental A Personal Journey Through American Movies, un buen contrabandista temático como Sam Fuller, Douglas Sirk o Nicolas Ray [y ahora él] usa un texto repetido, básico, obvio, para esconder algo más profundo en el subtexto. Y vuelvo al principio, el caso de Scorsese es que el cine y los hombres que lo hacen deben atesorarse y cuidarse. El cine y el arte de hacerlo debe reverenciarse, protegerse, y este es un mensaje que debe llegar enfáticamente a quienes lo consumen. Ojalá todas las lecciones de historia fuesen así.

De Méliès a Scorsese la forma habrá cambiado, pero el fin es el mismo, conquistar nuestra imaginación y nuestros sueños con imágenes que se comparten en una sala oscura, rodeado de desconocidos, todos mirando atentos una pantalla que destella.

Hugo se estrena comercialmente este jueves en todos los cines de Santo Domingo.

 

Howard Shore – The Thief

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5 comments:

Nehemoth said...

Pues yo la ví el pasado fin de semana y entre otras cosas lo primero que llegó a la cabeza fue precisamente el documental de Scorserse. Es que sinceramente me parecio tambien ver a Martin en 3 facetas, el creador en Melies, el restaurador y claro esta, el niño soñador en Hugo Cabret.

Es una de esas peliculas donde la magia del cine es eso, magia. Por coincidencia tambien pense en ti y en este blog al ver la pelicula, veo que no me equivoque al creer que Martin te haría escribir de nuevo.

PD: vi la versión HD sin 3D

alfonso said...

A nehemot que se le salgan los ojos.

Guido, que bueno es entrar a tu pagina y encontrar que has escrito, fue lo que mas me encanto. Como siempre, un placer leerte.

@landoohmke said...

a mi me divide. más allá de la visión de autor, hay momentos memorables, que enmarcaría para verlos siempre, pero no puedo dejar pasar tanta siutiquería que va más allá de la primera media hora (como me habían advertido). el uso del artilugio 3d no me sorprendió en lo absoluto, pero tengo que ponerla en comparación ya que no he visto ninguna otra.
saludos.
vuelve a postear pronto.

Daniel Bermeo said...

Hola, encontré tu blog por casualidad y leyendo tu excelente reseña sobre lo último de Scorsese no me queda mas que felicitarte.
Hugo, como bien dices, es una maravillosa obra donde el director homenajea al cine de la manera más cálida y entretenida posible. A mí me fascinó aunque no tenga el guion mas perfecto del año, su emoción y magia me contagian.

Saludos.

Sonia Tejada said...

Hola Guido,
Excelente tu reseña :D Me encantó Hugo.

Saludos

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