Showing posts with label Lots of Links. Show all posts
Showing posts with label Lots of Links. Show all posts

Wednesday, August 6, 2008

Sobre el consumismo y la frivolidad

SACT

Algo rápido.

Este comentario llega con unas semanas de retraso, pero no podía evitar hacerlo. Anoche por fin ví Sex and the City y me quedaron un par de ideas en la cabeza.

En The Women, la obra seminal de George Cuckor y la Women’s Picture por excelencia [y ahora objeto de un seguramente nefasto remake protagonizado por Meg Ryan], hay una escena donde de la nada la película se detiene y momentáneamente se convierte en un desfile de modas/extravaganza Technicolor que aparentemente nada tiene que ver con el resto. Un momento gratuito que sirvió como experimento para demostrar las capacidades y belleza del filme a color en un momento en el que el blanco y negro era la regla, y también un poco de eye candy para su audiencia meta: la mujer que sueña con una vida fabulosa y sin problemas, con un guardarropa de marca, un hombre a su altura y amigas que compartan sus mismos intereses. ¿Suena familiar?

Aunque lamentablemente el cine “dirigido a la mujer” no es lo que era antes, ya no cuenta con mujeres audaces como Irene Dunne y Barbara Stanwyck ni con historias escritas por Billy Wilder, parece que lo que desea ver en la pantalla  la mayor parte del público que consume este tipo de cine no ha cambiado mucho en 70 años.

Como escuché a alguien decir hace poco, Sex and the City -tanto la película como el show- son para la mujer promedio lo que James Bond sería para el hombre promedio,  lo mismo que fueron las llamadas películas italianas de Teléfono Blanco: un mero divertimiento sin mayores pretensiones. Una farsa en la que por un par de horas el espectador se puede perder en una fantasía donde sus personajes viven en un mundo perfecto, idealizado, uno donde el héroe afronta sus problemas sin nunca perder ni su estilo ni su sentido de individualidad.

Aunque la frivolidad en forma de ropa y zapatos de marca y restaurantes y clubes newyorkinos imposibles de pagar por la clase trabajadora es una parte vital del universo de Carrie Bradshaw y sus compartes, en mi experiencia viendo algunos episodios, unos excelentes y otros no tanto, el centro de Sex and the City y la razón de su enorme éxito es la forma novedosa y sin inhibiciones en que retrata a un grupo de mujeres inteligentes, independientes y exitosas por mérito propio mientras luchan por descifrar la forma en que se puede ser mujer y amante en la gran ciudad.

¿Que si lo logra? En algunos episodios sí, en otros no, y ese es el mismo problema de la película. Se siente como una colección de episodios de calidad desigual, con uno que otro momento de verdadero ingenio y sinceridad [la confesión final de Samantha hacia Smith], dando como resultado una película mediocre, más nada. Un esfuerzo que los fanáticos de la serie disfrutan y aprecian, pero que como cine no es nada especial.

Ahora, lo que me causa curiosidad es la forma en que la gran mayoría de la crítica norteamericana, actuando en conjunto casi como un monolito velador de la moral y buenas costumbres,  ni se molesta en discutir la película como tal y se dedica a destrozar la supuesta filosofía del show.

Porque hablar de "corrupción espiritual", "inversión de valores", y hasta de "servir de material de reclutamiento del Talibán" cuando se habla de Sex and the City me parece una visión medieval y me huele a hipocresía, a pura misoginia oculta tras snobismo.

Independientemente de su calidad, si algo prueba el fenómeno Sex and the City y el éxito de otra reciente como The Devil Wears Prada es que el público femenino está ávido de fantasías femeninas. La mujer que va al cine también quiere su Transformers o su Casino Royale, entretenimiento mindless con el cual se pueda identificar.

Pero, ¿cuál es el problema con eso? Que Hollywood, un conglomerado manejado por hombres blancos, conservadores y de más de 50 años no se siente cómodo haciéndolo. La crítica norteamericana –quitando lo de conservadores y una que otra Manohla Dargis- no se aleja mucho de ese patrón.

Esa contigencia de críticos preocupados por el bienestar de la conciencia femenina colectiva, esos que califican a algo tan inofensivo como vacío, frívolo y hasta peligroso y a su protagonista como el peor ser humano que existe, creo que esas acusaciones dicen más sobre ellos mismos que de la película en sí.

En una industria como Hollywood, donde el 99% de las películas son hechas por hombres, sobre hombres y para hombres, ¿por qué causa tanta sorpresa y conmoción que una película como esta sea apoyada por el público femenino en masa?, ¿Qué hace que una película provoque ataques tan viperinos?

Si películas como Wanted, dirigidas para satisfacer las fantasías del público masculino que aspira al ideal del alpha-male y que promueven "antivalores" similares a los de Sex and the City fueran protagonizadas por mujeres, ¿la reacción de la crítica norteamericana fuera contraria a la actual?

Powered By Blogger